La corrección de los párpados caídos y las bolsas de los ojos se denomina blefaroplastia. El paso de los años, la herencia genética o el cansancio continuado son los responsables de una acumulación de grasa y caída de la piel de nuestros ojos. Los tejidos se van relajando paulatinamente, lo que conlleva una apariencia cansada y envejecida que afecta a la armonía facial. El exceso de piel a veces junto a una bolsa de grasa interna, son lo típico del párpado superior; mientras las bolsas de grasa lo son del párpado inferior.
Aunque en la mayoría de los casos el efecto es estético, la caída de la piel de los párpados puede interferir en la visión, provocando problemas oculares, es la blefarochalasis (cuando el párpado llega a tocar las pestañas e incluso dificultad de visión).
Ésta es una de las cirugías más demandadas en la actualidad, que con frecuencia suele combinarse con una técnica denominada cantopexia o cantoplastia, con la que añadimos tensión del párpado inferior para evitar la expresión triste de la mirada. Sin embargo hay que tener en cuenta que la blefaroplastia no elimina las “patas de gallo” u otras arrugas ni la caída de las cejas (esto se soluciona fácilmente mediante algunos tratamientos de medicina estética).
Hay dos tipos de blefaroplastia:
– Blefaroplastia superior: se elimina el exceso de piel y/o grasa de los párpados superiores.
– Blefaroplastia inferior: se elimina el exceso de piel y/o grasa de los párpados inferiores.